Mitos de los cuidados paliativos

Mitos de los cuidados paliativos

Los cuidados paliativos en casa son aún uno de los grandes desconocidos de los servicios de salud en cualquier parte del mundo. Ya sea por una detección tardía, por las reticencias de algunos profesionales sanitarios, por el desconocimiento de las propias familias o por desconfianza, hasta la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que el porcentaje de enfermos que recibe este tipo de tratamientos en todo el mundo es ínfimo en comparación con el número total de los que de verdad los necesitan.

En Alborea Salud, llevamos años especializándonos en este tipo de asistencia sanitaria que ofrece alivio y bienestar a todo tipo de pacientes. Sobre todo, a los que se encuentran en las últimas etapas de su vida y a sus familiares y seres queridos. Gracias a esta experiencia y al trato personal que hemos tenido siempre con los enfermos y su entorno, hemos localizado alguna de las creencias más extendidas sobre estos tratamientos que poco (o nada) tienen que ver con la realidad.

A pesar de que ya hemos hablado de qué son los cuidados paliativos y de todos sus beneficios en la calidad de vida de quien los recibe, aún quedan muchas dudas por resolver al respecto. Y lo que más nos preocupa es que son cuestiones basadas en falsas creencias. Las que presentamos a continuación es un resumen de las recogidas por la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) como las más frecuentes.  

Siete mitos sobre los cuidados paliativos

1.       Son la antesala de la muerte. Asumir que los cuidados paliativos solo se administran en los últimos días de vida de los pacientes es el primer gran mito relacionado con estos tratamientos. Sobre todo cuando se inician de manera temprana, estas atenciones pueden ser de gran ayuda a otros procesos curativos de enfermedades crónicas.

2.       Están indicados solo para pacientes oncológicos o con enfermedades terminales. Cualquiera que se enfrente a una enfermedad crónica o con necesidades de atención más intensas y especiales puede recibir cuidados paliativos. Y no hablamos solo de adultos, también hay menores que pueden necesitar estas atenciones especiales.  

3.       Constituyen una alternativa de “muerte digna”. Los cuidados paliativos a domicilio o en centros hospitalarios no buscan el fallecimiento rápido e indoloro de la persona que los recibe. Todo lo contrario: busca aliviar y mitigar cualquier sufrimiento hasta que llegue ese momento final.

4.       Suponen la administración excesiva de opiáceos. Aunque es cierto que este tipo de asistencia sanitaria recurre a medicamentos como la morfina, esto no significa que se realice sin control y que derive en cierta adicción por parte del enfermo. Los opiáceos, bajo correcta prescripción médica, han demostrado aportar grandes resultados en esta lucha por el bienestar y la calidad de vida en momentos tan difíciles.

5.       Se aplican cuando no funciona ningún otro tratamiento. También es una falsa creencia porque en muchas ocasiones – sobre todo si se logran iniciar los cuidados paliativos tempranos – son el complemento perfecto a otros procedimientos.

6.       El dolor es inevitable y los cuidados paliativos no pueden hacer nada por remediarlo. Precisamente uno de los objetivos de este tipo de tratamientos es reducir o mitigar el dolor y el sufrimiento y aumentar el grado de bienestar.

7.       Aceptar cuidados paliativos significa rendirse. Nada más lejos de la realidad. Se trata de aceptar vivir lo que queda de vida con la mayor plenitud posible y con el calor y el acompañamiento tanto de los seres queridos como de un equipo médico multidisciplinar que lo haga posible.